martes, 6 de enero de 2015

COMUNICACIÓN EMOCIONAL. LA GRATITUD



COMUNICACIÓN EMOCIONAL. LA GRATITUD

Siembra emociones positivas y tu jardín emocional y el de los que tienes a tu alrededor florecerá

Quiero ayudarte a que descubras y practiques de la Comunicación Emocional Positiva. ¿Cuántas veces has querido pedir perdón, dar las gracias o expresar tu afecto a esa persona a la que valoras, quieres y que es tan importante en tu vida (tu amig@, padre, madre, abuelo, herman@, pareja, compañer@ de trabajo…) y no te has atrevido por miedo a parecer ridícul@?
En nuestra cultura, por suerte cada vez en menor medida, la expresión de las emociones positivas en los adultos muchas veces es reprobada y tachada de ñoñería, infantilismo o debilidad. Pero ni las fuentes científicas de la Psicología Humanista, ni la Inteligencia Emocional en las que nos apoyamos estamos de acuerdo con este juicio de valor y lo consideramos una creencia errónea.

Expresar nuestras emociones y sentimientos positivos nos ayuda a crear vínclulos más fuertes, seguros, duraderos y honestos en nuestras relaciones personales. Y como venimos creyendo y la Psicología Positiva así lo demuestra, la calidad de nuestras relaciones es el factor que más efectos directos tiene en la percepción de nuestro bienestar personal. Tener relaciones sanas, honestas, claras, limpias y de intimidad ayuda a prevenir enfermedades, a sanar dolencias, a superar duelos, a disminuir el sentimiento de aislamiento y soledad, …en suma a sentirnos más satisfechos con la vida que vivimos.

Pensamos que igual o más importante es comunicarnos lo que no nos gusta, nos duele, nos enfada,…que comunicarnos lo que sí nos gusta, nos alegra, nos hace sentir cómodos, lo que valoramos en el otro o lo importante que es para nosotros.

La gratitud es una de las emociones más sanadoras que podemos sentir, y ¿por qué no expresarla?, ¿por qué no sanar en dos direcciones, en quien la siente y en quien la recibe?
El perdón es un acto reparador que me sana a mí y sana al dañado, pues supone asumir la responsabilidad de quien hirió y si se hace explícito, es un bálsamo para la herida de quien salió dañado.
Las emociones positivas  son como semillas, si nos permitimos expresarlas, podemos sembrar, regar y dejar que florezcan para así disfrutar de su belleza, su aroma, sus colores, su frescura… Si guardamos la semilla en un tarro no fértil impediremos su crecimiento, su desarrollo, su expansión y tod@s nos perderemos el gozo de la flor. En cambio si sembramos la semilla en el corazón del otro, algo lindo crecerá entre nosotros y los demás podrán contemplarlo con admiración y contagiarse del gusto por sembrar, sembrar y sembrar semillas los unos en las otras … las emociones son contagiosas.

¡Contagiémonos con emociones positivas!

Por eso te animo a que comuniques  tus emociones positivas a quien desees, cuando desees y también te animo a que poco a poco vayas incorporando este tipo de comunicación en tu vida relacional y crees tus propias semillas a tu medida, que las hables, que las grites, que las bailes, y las cantes… y sobre todo que las disfrutes y qué hagas disfrutar con ellas a los demás.

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