miércoles, 29 de junio de 2011

Dolor Emocional

En una sociedad hedonista como la nuestra, la evitación del dolor es algo común y muy aceptado, cuántas veces hemos o nos han dicho: "bueno ya... olvidate, no pasa nada, sal, entretente, haz cosas, trabaja más,... o sea "no te duelas" "prohibido dolerse"
Me gustaría diferenciar sufrimiento de dolor, el sufrimiento es quedarse pegado al dolor, regodearse en él y no querer ver la vida, estar en él depende de nosotros/as. El dolor es una emoción asociada a un daño, a una pérdida, es real, humano y natural sentirlo. Es un estado emocional por el que se transita cuando toca. De hecho el placer no existiría sin el dolor, son polos de una misma moneda. Pero queremos estar siempre en uno de los polos y rechazamos el otro, no nos gusta, es triste, rabioso, inentendible, vulnerable, desenergetizante, inexplicable,...

El dolor de los demás, nos hace tocar con el nuestro y como no queremos verlo nos alejamos de las personas que nos lo muestran, las dejamos, además de dolidas, solas. Después nos sorprendemos porque alguien cercano intenta o consigue quitarse la vida y entiendo que cuando esto sucede es porque la persona no se sentía capaz de cargar con ese dolor, con su dolor. No quiero con esto responsabilizar a nadie de los actos del otro, cada uno es responsable de sus decisiones y a la vez si tuviéramos integrado el dolor en nuestras vidas como parte de ellas, podríamos al menos compartirlo, expresarlo sin vergüenza, sin miedo a ser rechazados o juzgados o compadecidos y así pesaría un poco menos.

El dolor físico es más comprensible, más aceptable, la enfermedad visible con nombre y apellidos, parece más real y nos remueve menos verla en los demás. Pero el dolor emocional, ese que todos llevamos escondidito en algún lugar de nuestro ser, ¡ah! ese es tabú, el que se puede fingir (a veces ni eso) el que se puede y a veces se debe esconder, para que nadie lo note, para que nadie lo vea, a veces ni uno mismo.

¿Qué pasa si nos rompemos un tobillo y seguimos caminando como si no pasara nada, con el mismo ritmo, con la misma velocidad? ¿o si tenemos una herida y no la curamos ni prestamos los cuidados necesarios? ¿nos curaríamos o empeoraríamos?
El dolor emocional es igual que el físico, solo que no se ve y por ello no puede esconderse y hacer como que no existe, y continuar con la búsqueda del placer. A veces lo escondemos tanto que acaba mostrándose a través de algún síntoma físico.

Las heridas o procesos emocionales son también procesos por los que hay que pasar cuando aparecen, necesitan su tiempo, su espacio, su sanación, su apoyo social y a veces profesional. Psicoterapia, la medicina del alma, que no se ve, pero se siente igual que cualquier parte del cuerpo, porque somos todo uno.

Atravesar el dolor, dolerse, dejárselo sentir, vivir esa experiencia es el único camino para que pase, para que se vaya, para que se sane el daño, la herida. Pero sentimos miedo y por eso evitamos atravesarlo.

La muerte de un ser querido, la separación de los seres queridos, parejas, hijos, amigos,... supone cambios, suponen daño, suponen ajustes, y en este proceso el dolor está presente. Cuando alguien se va deja un vacío, es curioso porque la persona sigue estando presente en nuestro corazón, en nuestros pensamientos, pero ya no la veo, ya no comparto con ella, ya no puedo mirarla, ni tocarla,... es un vacío paradójico, estoy lleno de ella y a la vez tengo un vacío, el hueco que deja al irse, ya solo la tengo dentro, ese vacío duele.

Para mí el dolor es como un túnel oscuro, me resisto a entrar, me asusta, está negro, no veo nada y no se cuanto tiempo tardaré en atravesarlo, cuan largo será, cuan hostil estar ahí dentro, qué me va a pasar, qué voy a sentir... y si no termina nunca?? Entonces quiero inventarme un puente exterior que me lleve al mismo sitio, sin necesidad de adentrarme en él. Pero eso es pretender cicatrizar una profunda herida sin dar puntos, o arreglar un hueso sin escayola o curar una hernia sin operación. Es el proceso, es lo que toca, si construyo el puente la herida y el dolor me acompañarán, solo pasando por el oscuro túnel podré liberarme del dolor, solo poniéndome la escayola podré recolocar mi hueso.
Hay túneles cortos, largos, amables, hostiles... hay escayolas para una semana, un mes, seis menes y con tornillos... depende del daño a reparar, fundamentalmente.

Atravesar el dolor, no es más que dejarlo estar, respetarlo, sentirlo, vivirlo, esté donde esté, sea como sea, le dejo su espacio, le acepto como compañero durante el tiempo que necesite quedarse, en el cine, con los amigos, en casa, paseando al perro, trabajando,... Cuánto más lo rechazo más tiempo se queda.

Bienvenido dolor, acepto tu visita, un amigo siempre trae algo nuevo para aprender, si quieres pasar, pasa, quédate el tiempo que necesites, enséñame lo que necesito aprender y después sal por donde has venido y hasta la próxima.