lunes, 8 de agosto de 2011

SOLTAR LO VIEJO ABRAZAR LO NUEVO


SOLTAR LO VIEJO
ABRAZAR LO NUEVO

Habitualmente nos sentimos cómod@s en lo conocido, en nuestra zona de comfort y aunque todo nos indique que no estamos a gusto y que necesitamos un cambio, nos resistimos a soltar lo que conocemos, por dañino, perjudicial o doloroso que sea.

Ya conocemos el dicho "más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer", los dichos populares son reflejo de nuestra cultura, son trasmitidos verbal y actitudinalmente, se cuelan en nuestros sentimientos, pensamientos y conductas.

Así, este dicho ha calado en much@s de nosotr@s, por eso aunque sepamos que algo está mal, esto puede ser una relacción, un puesto de trabajo, un modo de vida, un modo de relacionarnos con el mundo o con nosotr@s, un sistema... que no nos gusta y no nos satisface, a la vez nos resistimos a soltarlo solo porque es conocido y ya he aprendido a desenvolverme en él.

Resistirnos a salir de lo conocido limita nuestro desarrollo y nuestro crecimiento, limita la posibilidad de sentirnos mejor, limita nuestro potencial.
Dejar lo conocido asusta "es lo único que tengo, a lo que me he acostumbrado, lo que lleva x tiempo en mi vida y si lo suelto que pasará, incertidumbre, vacío, abismo,... la nada...nada a lo que agarrarme"

Si empleo mis manos para sujetar algo y me aferro a ello, mi energía está limitada, hasta que no suelte no tendré las manos vacías para agarrar algo nuevo. Ese soltar, el quedarnos con las manos vacías da pavor "antes por lo menos sujetaba algo, ahora no tengo nada entre las manos"... asusta, pero realmente solo si soltamos lo viejo estamos dando una oportunidad a lo nuevo.

Cuando al fin soltamos, tenemos el impulso de agarrar otra cosa, suelto cuando tengo otra cosa a la que agarrarme, nos aferramos a las relaciones, los trabajos, las costumbres, a nuestra imagen y a nuestro caracter...como si fueran tablas salvavidas, "dejo una relación porque ya tengo otra, dejo un trabajo porque ya tengo otro,..." no lo juzgo, cada uno es libre de cubrir sus necesidades de la manera que elija.

Pero ¿qué pasa cuando aún no he encontrado otra cosa y no quiero la que estoy agarrando? ¿sigo manteniéndome agarrado a ella a pesar de la insatisfacción que me genera? ¿o suelto y me quedo con las manos vacías y libres para agarrar cualquier otra cosa que aún no se ni qué es ni cúal es? ¿qué me pasa si me quedo con las manos vacías, sintiendome libre de agarrar lo que surja y desee cuando aparezca?

Fritz Perls hablaba del vacío fértil, animaba a experimentar con confianza el vacío, en el que estando despiertos y dándonos cuenta, es un vacío desde el que puede nacer algo nuevo y crecer, un vacío lleno de posibilidades, de potencialidades.

Soltar es dejar atrás, no lamentarse de lo que hemos dejado, de lo que podría haber sido, de los errores cometidos; soltar es mirar hacia el presente y dejar atrás el pasado. Desde el vacío y desde el presente una nueva figura surgirá, tras haber soltado, algo nuevo tendrá la posibilidad de nacer,... quien sabe,... una nueva afición, un viaje, un nuevo proyecto, una nueva relación, ...algo que dejamos inacabado... si nos mantenemos en el vacío con conciencia daremos espacio a que aparezca y entre algo nuevo... algo que me nutra, algo que me sirva.

Si siempre tengo el estómago lleno, no podré darme cuenta de la necesidad de alimentarme, ni de qué alimento necesito; si mi armario ropero está lleno de ropa, que ya no me gusta o que me va grande o pequeña, no habrá espacio para la nueva ropa que ahora necesito porque he engordado, o adelgazado o simplemente, he cambiado el gusto.

Por eso es tan sano desprenderse de las cosas que acumulamos y que no usamos. Cada momento de la vida es único y lo que me parecía imprescindible ayer, hoy tal vez no es lo que necesite, así que lo mejor que puedo hacer es soltarlo, regalarlo, venderlo, tirarlo, quemarlo,... desprenderme de ello para dejar que entre lo que sí necesito, lo que en este momento sí siento imprescindible.

Aunque sea doloroso y asusta, cuando lo viejo y lo conocido no nos satisface o ya no es lo que necesitamos, solo soltándolo nos permitimos la posibilidad de algo mejor,... y aunque nadie nos garantiza que lo vayamos a encontrar, es un riesgo que para mí, merece la pena correr.