COMUNICACIÓN EMOCIONAL. LA GRATITUD
Siembra emociones positivas y tu jardín
emocional y el de los que tienes a tu alrededor florecerá
Quiero ayudarte a que descubras y
practiques de la Comunicación Emocional Positiva. ¿Cuántas veces has querido
pedir perdón, dar las gracias o expresar tu afecto a esa persona a la que
valoras, quieres y que es tan importante en tu vida (tu amig@, padre, madre,
abuelo, herman@, pareja, compañer@ de trabajo…) y no te has atrevido por miedo
a parecer ridícul@?
En nuestra cultura, por suerte
cada vez en menor medida, la expresión de las emociones positivas en los
adultos muchas veces es reprobada y tachada de ñoñería, infantilismo o
debilidad. Pero ni las fuentes científicas de la Psicología Humanista, ni la
Inteligencia Emocional en las que nos apoyamos estamos de acuerdo con este
juicio de valor y lo consideramos una creencia errónea.
Expresar nuestras emociones y
sentimientos positivos nos ayuda a crear vínclulos más fuertes, seguros,
duraderos y honestos en nuestras relaciones personales. Y como venimos creyendo
y la Psicología Positiva así lo demuestra, la calidad de nuestras relaciones es
el factor que más efectos directos tiene en la percepción de nuestro bienestar
personal. Tener relaciones sanas, honestas, claras, limpias y de intimidad
ayuda a prevenir enfermedades, a sanar dolencias, a superar duelos, a disminuir
el sentimiento de aislamiento y soledad, …en suma a sentirnos más satisfechos
con la vida que vivimos.
Pensamos que igual o más
importante es comunicarnos lo que no nos gusta, nos duele, nos enfada,…que
comunicarnos lo que sí nos gusta, nos alegra, nos hace sentir cómodos, lo que valoramos
en el otro o lo importante que es para nosotros.
La gratitud es una de las
emociones más sanadoras que podemos sentir, y ¿por qué no expresarla?, ¿por qué
no sanar en dos direcciones, en quien la siente y en quien la recibe?
El perdón es un acto reparador
que me sana a mí y sana al dañado, pues supone asumir la responsabilidad de
quien hirió y si se hace explícito, es un bálsamo para la herida de quien salió
dañado.
Las emociones positivas son como semillas, si nos permitimos expresarlas,
podemos sembrar, regar y dejar que florezcan para así disfrutar de su belleza,
su aroma, sus colores, su frescura… Si guardamos la semilla en un tarro no
fértil impediremos su crecimiento, su desarrollo, su expansión y tod@s nos
perderemos el gozo de la flor. En cambio si sembramos la semilla en el corazón
del otro, algo lindo crecerá entre nosotros y los demás podrán contemplarlo con
admiración y contagiarse del gusto por sembrar, sembrar y sembrar semillas los
unos en las otras … las emociones son contagiosas.
¡Contagiémonos con emociones
positivas!
Por eso te animo a que comuniques
tus emociones positivas a quien desees, cuando desees y también te animo a que poco a poco vayas
incorporando este tipo de comunicación en tu vida relacional y crees tus
propias semillas a tu medida, que las hables, que las grites, que las bailes, y
las cantes… y sobre todo que las disfrutes y qué hagas disfrutar con ellas a
los demás.
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