El viaje más largo es el viaje a nuestro interior.
Dag Hammarskjold
Una persona muy querida y cercana se encuentra en este momento en una
situación dolorosa, un acontecimiento ocurrido ha hecho resurgir fantasmas
familiares a los que aún no se ha enfrentado asus más de 40 años. Me confiesa que desea mirarse, que desea
recapacitar, pensar a donde quiere ir, me expresa que tiene miedo, que está
asustado…. Le digo: “Vamos a ver, ¿si te duele el dedo gordo del píe, a qué vas
al médico? Y si lo que te duele es el alma ¿Por qué no ir a un Psicoterapeuta?”
Muchas veces, las personas que tenemos a nuestro alrededor no pueden ayudarnos
con lo que nos pasa, porque no son imparciales, porque tienen intereses, porque
forman parte de la situación problemática, etc. Reflexiona sobre esta pregunta
¿A quien acudes cuando tienes un conflicto, dudas sobre algo o alguien, te
sientes triste o solo o irritado, iracundo o con miedo? Probablemente para cada
situación acudas a una persona de tu entorno diferente, si necesitas consuelo,
vas al que más te consuela, si necesitas descargar a quien más te escucha, si
tienes un conflicto con una amigo se lo cuentas a otro a quien este no le cae
muy bien,… y así hasta la eternidad. Buscamos lo que queremos oir y sabemos
donde y de quien lo vamos a oir. Es una trampa que nos hacemos a nosotros
mismos para seguir inmersos en nuestro propio drama.
Un psicoterapeuta es un profesional, alguien neutral, al margen de tus dificultades y sin intereses personales en cómo los afrontes, alguien que está capacitado humana y profesionalmente para acompañarte y mostrarte aquello que no puedes, no quieres o no sabes ver. Puede ser doloroso, pero te garantizo que no estarás solo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario